martes, 27 de marzo de 2012

Cinco días

Parece que llega y a la vez se va alejando, así es la Semana Santa: una brisa primaveral que pasea por nuestras calles llenándonos de vida un año tras otro, siempre de la misma manera aunque dejándonos distintas sensaciones.

Aún son cinco días los que nos separan del estallido de luz del Domingo de Ramos y ya sentimos que todo se va terminando, así somos los hombres, siempre pensando en lo que está por venir en lugar de disfrutar de lo que tenemos al alcance de la mano, presos del ansia infinita que solo sabe mirar hacia el frente, hacia un futuro desconocido. 

Mientras tanto todo se va preparando en el interior de los templos donde la cera que se funde para el montaje de las candelerías deja en el aire trazos propios de las vísperas, jirones de una cuaresma que -nunca mejor dicho-, tiene los días contados. Sevilla se empapa de gloria y prepara sus mejores galas, las galas con las que verá morir al Hijo de Dios por sus calles.



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