miércoles, 14 de marzo de 2012

Detalles

Son retazos de mi Semana Santa, pedacitos de Lunes Santo, de Miércoles Santo, de Viernes Santo, de anónimas o conocidas Estaciones de Penitencia que quisieron que me quedara con un recuerdo más de su cofradía, con una estampa que colocar bajo el cristal de esta mesa sobre la que ahora escribo, lugar dónde tienen cabida todas y cada una de ellas.

Pellizcos de una Madrugá, fragmentos de una mañana en San Bernardo o en la calle Sol, trocitos de los jardines de Murillo, parte de una vida en la calle Recaredo... imágenes que no se quedarán guardadas unicamente en la retina, porque las tendremos siempre con nosotros, en un bolsillo, en una cartera, en aquel cuadro del pasillo, en la mesita de noche: dónde queramos.

A pesar de los años y la edad, seguimos recibiendo estas estampitas con la ilusión del primer día que sostuvimos una entre nuestros dedos, será quizás porque durante la Semana Santa nos transformamos sin saber como ni porqué, dejando salir a pasear por las calles sevillanas a ese niño que todos llevamos dentro, al que poco le importan las trifulcas de hermandad ni lo que diga la prensa morada: el que solo quiere ver cofradías sin que nada ni nadie marchite sus ganas de sentir su semana grande, porque ni nada ni nadie es tan grande como su semana.

Mirándolas evocamos recuerdos, momentos, horas de espera, ratos con los amigos, levantás, chicotás, arriás... serán nuestra Semana Santa cuando no tengamos Semana Santa, porque como bien dice el título son detalles: detalles que hacen que esa semana dure todo un año entero.



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